Historia rolera del Gremio

Hace largos y oscuros años, en algún lugar remoto del océano hubo un gran y hermoso archipiélago. Su nombre era Amerika, y sus habitantes vivían en relativa paz y armonía. Una calma que duró hasta que el terrible caos de Ogrest hizo estragos, pues una de sus islas llamada Chile se encontraba geograficamente en una zona de baja altura y muy frágil, expuesta a toda clase de catástrofes.

Poco aguanto la isla Chile a las consecutivas inundaciones y terremotos, pero sus habitantes lograron prepararse a tiempo para escapar, construyeron grandes y pequeños botes, y juntos zarparon hacia su destino.

Destino cruel el de los chilenos, naufragaron largos años sin encontrar nada, culpándose entre ellos y dividiendose. Sin embargo la fe y constancia pagaron y las pocas familias que aguantaron el interminable naufragio, lograron avistar tierra. Algunos llegaron al archipiélago sufokiano, otros desembarcaron en Amakna, así, las cuatro jóvenes naciones se convirtieron en el hogar de estos desconocidos inmigrantes.

La marca de los chilenos es fuerte, y naturalmente, con el pasar de los años fueron encontrándose y reconociendose unos con otros. A pesar de que las naciones los dividían, ellos mantuvieron intacta esa unidad de antaño. Mas aún, invitaron a su comunidad a todos aquellos quienes les ayudaron en su llegada, los que se sentían identificados con su historia y quienes compartieron territorio en el extinguido archipiélago de Amerika .Así se formó el gremio Chilenos.

Agradecimientos a: Howl Corazón de Milubo

A continuación les presentamos la historia de Howl respecto al gremio

Cierta tarde lluviosa de Amakna, en la taberna de Feubuk, un ocra bebía solo junto a la barra. El ambiente era festivo como usualmente es cuando muchos amaknianos se reunen en un día lluvioso sin nada que hacer, pues son por lo general gente sencilla y alegre. Sin embargo el ocra parecía ajeno, y en su expresión se denotaba una perdida. Un yopuka que bebía cerca y compartía con los demás, notó esto y se acercó.

- Pareces triste amigo -le dijo al ocra- ¿te encuentras bien? -la dificultad al articular las palabras revelaba que a aquel yopuka ya le empezaba a hacer efecto la leche de bambú. El arquero se demoró un poco observandolo antes de responderle.

- Ciertamente no lo estoy, he perdido mi hogar y a mi gente... llegue aquí de casualidad y estoy completamente perdido. -Al yopuka de inmediato le cambió la expresión, pero no se desanimó.

- Entonces tu y yo tenemos algo en común. Por cierto, mi nombre es Jovannie, ¿te cuento un secreto?, yo tampoco soy de aquí, deja que te cuente una historia...

Hace largos y oscuros años, en algún lugar remoto del océano hubo un gran y hermoso archipiélago. Su nombre era Amerika, y sus habitantes, mis antepasados, vivían en paz y armonía. Hasta que llegó el día en que el terrible caos de Ogrest hizo estragos, pues Chile una de sus islas se encontraba en una zona de baja altura y de suelo muy frágil.

Poco aguantaron a las consecutivas inundaciones y terremotos, pero los chilenos lograron prepararse a tiempo para escapar, construyeron grandes y pequeños botes, y juntos zarparon hacia su destino. Destino cruel el de mis padres y abuelos, naufragaron largos años sin encontrar nada. Sin embargo la fe y constancia pagaron y las pocas familias que aguantaron el interminable naufragio, lograron avistar tierra. Algunos llegaron al archipiélago sufokiano o brakmariano, otros como nosotros desembarcamos en Amakna, yo era muy niño, asi que no recuerdo.

Pero la marca de los chilenos es fuerte, y con el pasar de los años fuimos reencontrandonos. A pesar de que las naciones nos dividían, mantuvimos intacta esa unidad de antaño. Mas aún, hemos incluido a todos aquellos quienes nos ayudaron en nuestra llegada, los que se sentían identificados con nuestra historia y quienes habitaban en la extinguida Amerika. Así es como hemos ido formando nuestro gran gremio, el gremio chileno... Así que recuerda, tu hogar no es el lugar donde naciste o donde te criaste, es en donde decides poner tu corazón.

Aquel día, la pequeña historia de Jovannie, el yopuka borracho, hizo un gran cambio en aquel ocra, y así como les cuento esta historia, así fue. Pues aquel ocra era yo.

Howl Corazón de Milubo.